Las celebridades no cesan de fallecer, repentinamente para la opinión pública; de manera inesperada para los fans musicales. Antes de terminar el 2016, era el cantante George Michael el que fallecía, aparentemente por un ataque al corazón. Prince y Michael Jackson fallecieron a una edad parecida. Un homenaje colectivo de artistas al rey, Elvis Presley.

La vida es un juego perverso; hay quienes, antes de jugar, lo pierden todo; la gran mayoría de los jugadores tienen rachas, algunas afortunadas y otras desastrosas; jugadores que gozan de una suerte envidiable, por largo tiempo, son pocos, por ejemplo, las celebridades. Pero un lance postrero arruina la suerte de algunos de estos jugadores exitosos: George Michael, Prince o Michael Jackson. ¿Cartas marcadas?

El bloque anglosajón domina la cultura popular occidental y aquí no se detiene. George Michael triunfó por nacer en Gran Bretaña, aunque su origen fuese griego. Los cantantes negros nacidos en países anglosajones ven multiplicado por un exponente muy alto las opciones de triunfar en el show bussines. Los casos de Michael Jackson y Prince, por ejemplo.

Prince y Michael Jackson tienen rasgos de dandy, no apreciables en George Michael. La transformación de un hombre negro en otro blanco es la magia de Michael Jackson, que tuvo que morir delante de un espejo, como reza el credo dandístico. Prince y Jackson son los dandis negros del siglo XX,  a lo que lo que los dandis blancos del siglo XIX hicieron y sellaron.

Parece ser que la filantropía era una afición muy arraigada en estas celebridades; una costumbre de las sociedades anglosajonas, por las que jugadores exitosos hacen una doble apuesta. Las reglas del juego no cambian, porque la vida es siempre la misma: lo único auténtico.

La revolución digital si ha matado a las celebridades que mentamos; «el vídeo mataría a la estrella de la radio», como rezaba una canción de los 80. Lo cierto, es que el negocio musical ha cambiado con el fenómeno digital; basta comprobar las estadísticas de reproducciones, en Youtube, etc. No dudamos del endiosamiento de los artistas fallecidos; forma parte del juego.

No parece que estos jugadores formaran parejas, por separado, para jugar; es una fórmula rara. Admirar a estos jugadores crea la ilusión de participar en el juego con nuestras propias habilidades; qué ingenuos y generosos consumidores de la música, en redes sociales o en portales específicos.

George Michael, Prince y Michael JacKson fueron grandes cantantes y compositores; artistas plenos y jugadores exitosos hasta que la suerte les dejó. Pudieron retirarse ellos voluntariamente.

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