El paso 31 de agosto se han cumplido 20 años del fallecimiento de Diana de Gales, en la capital francesa. El suceso, verdaderamente traumático, se recuerda hoy para que no olvidemos la figura de esta mujer singular.

Es bien cierto que la gran perdedora de los cambios sociales tras la Gran Guerra (1914) ha sido la aristocracia. El declive de la nobleza en Europa ha conocido, sin embargo, momentos de gloria, como el enlace real de Diana Frances Spencer con el Príncipe de Gales, en 1981. No obstante, el desencuentro entre la nobleza y la realeza es un hecho cierto, que ha llevado a diversas cortes europeas a preferir matrimonios con plebeyas; véase España, por ejemplo.

La muerte de Diana de Gales se produjo por un accidente de coche en París, y en compañía de Dodi Al-Fayed. Toda una serie de circunstancias dificultan la credibilidad de la versión oficial. Ninguna cámara de vídeo del túnel en el que se registró el accidente funcionó; Diana de Gales no fue sometida a una autopsia preceptiva, sino que se procedió a embalsamarla. Para colmo, el coche, modelo Fiat Uno, que entró en el túnel e impactó con el Mercedes de Dodi Al-Fayed y Diana, apareció años después calcinado y el ocupante del citado vehículo muerto (un conocido paparazzi).

El domingo 3 de septiembre de 2017 el programa Cuarto Milenio, de la cadena Cuatro en España y dirigido por Iker Jiménez, dedicó parte del espacio a la muerte de Diana de Gales. Destacó la periodista Concha Calleja, que presentó su libro sobre Diana, “Réquiem por una mentira”.

El affaire Diana de Gales mostró una Francia inoperante, que es un satélite del bloque anglosajón. Lo era con Jacques Chirac como presiente de la República francesa, en el momento del fatal accidente de Diana y Dodi Al-Fayed; y lo es con el actual presidente de la V República, Emmanuel Macron.

Europa, y no nos cansamos de repetirlo, es un protectorado de Estados Unidos. ¿Qué particularidad presenta Francia? Es una de las piezas imprescindibles para el sostenimiento de la Unión Europea, con Alemania. ¿Podría el Brexit suponer una voladura retardada de la Unión Europea? Gran Bretaña y Francia han sido golpeadas, con insistencia, por el yihadismo militante.

A pesar de la inclinación de la Francia oficial por el establishment anglo-americano, hay intelectuales y medios de comunicación franceses, como Le Monde diplomatic, que cuestionan la dominación de Estados Unidos.

Diana de Gales y Dodi Al-Fayed

Diana de Gales se acercó al Islam, en la figura de Dodi Al-Fayed, hijo de Mohamed Al-Fayed, un millonario empresario egipcio. Aquello, sin lugar a dudas, supuso un desaire hacia la realeza británica y el establishment británico. Por las consecuencias, claramente inaceptable.

Ni Diana de Gales ni Dodi Al-Fayed llegaron a conocer las grandes transformaciones acaecidas en Oriente Medio, de un tiempo a esta parte. Para tener una idea clara y precisa del estado real de Oriente Medio debemos recurrir a un intelectual francés.

Jean Michel Vernochet escribió “Les Egares”- Le Wahhabisme est-il un contre Islam?

Traducido al español por el escritor Manuel Galiana Ros, bajo el título “Yihadismo wahabita” y sus raíces sionistas y talmúdicas. Ediciones Esparta.

Magnífica la concisión de ciertos intelectuales franceses, como Jean M. Vernochet. ¿Qué sucede tras la I Guerra Mundial?

“La derrota alemana de noviembre de 1918 sella el destino de los imperios centrales y acaba con el Imperio Otomano, identificado como “el Hombre enfermo” de Europa y sobre los escombros del cual van a prosperar las tres ideologías que conocerán su ascensión en el último cuarto del siglo XX…una vez que la debacle y la ruina de los imperios coloniales, los de los vencedores Gran Bretaña y Francia hubiera sido consumada.

La primera de estas tres ideologías, el Arabismo, será triturado por sus dos competidores, el Sionismo y el Wahabismo. Este último no ha sido identificado de forma definitiva hasta muy recientemente como una de las superestructuras principales llamada a remodelar profundamente en el siglo XXI, por no decir trastocar totalmente, el área arabo-musulmana y consecuentemente el paisaje planetario.

En cuanto al Arabismo -seguimos a J.M. Vernoche- también definido como nacionalismo árabe, ideología laica emancipadora de las minorías, uno de cuyos ideólogos fue el cristiano sirio greco ortodoxo Michel Aflak (1910-1989), figura tutelar del régimen baasista iraquí, ha sido consumido en la actualidad delante de nuestros propios ojos en el brasero de las “Primaveras árabes”, que rápidamente han pasado a estar bajo la férula de los Hermanos musulmanes y de sus epígonos salafistas.

El primero de estos regímenes en caer fue el Baas iraquí, que fue derrocado por una coalición anglo-americana, después le tocó el turno al Túnez de Ben Ali que era más o menos heredero del de Habib Burgiba, posteriormente el Egipto de Mubarak que era descendiente del naserismo, el siguiente en la lista fue la Jamahiriya libia y finalmente el Baas sirio, en el que la guerra impuesta revela y acompaña al más presumible eclipse del kemalismo en Turquía, donde los Hermanos musulmanes se esfuerzan por confiscar el poder a toda costa”.

Concluye Jean Michel Vernochet:

“Observemos que por una extraña ironía de la historia, para aquellos que no han penetrado suficientemente en los arcanos de la dialéctica, el wahabismo a pesar de su arcaísmo y de su sectarismo, constituye de forma evidente un factor decisivo de integración del mundo árabe y musulmán en el proceso de la mundialización… porque la extrema rigidez societaria del wahabismo se acomoda perfectamente in fine a los preceptos ultra liberales de la Escuela de Chicago y a los libertarios de la escuela freudiana-marxista conocida como de Frankfurt, dos corrientes económico-ideológicas que han contribuido en gran medida a configurar la América actual”.

Qué condujo a Diana de Gales a personajes relacionados con el Islam lo desconocemos. Lo cierto es que el Islam es una verdadera obsesión para la élite anglo-americana.

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