Recientemente se han entregado los premios BAFTA del cine británico para recordarnos que hay películas únicas y una escuela de actores magnífica; joyas del cine británico inolvidables. El director de cine Ridley Scott premiado. Tiremos de filmografía: Get Carter y The Wicker Man son dos cintas cinematográficas de principios de los setenta. Dos originales películas con un poder premonitor que no encontramos en otro cine europeo o americano.

Get Carter se estrenó en 1971. Dirigida por Mike Hodges y protagonizada por Michael Caine. Una venganza familiar, con una trama interesante que no abusa de la violencia. El final es absolutamente revelador. Actores británicos muy competentes.

The Wicker Man es una película de terror británica del año 1973. Dirigida por Robin Hardy, el film presenta un reparto muy sugestivo: Christopher Lee, Edward Woodward, Ingrid Pitt y Britt Ekland entre otros. El guión es sorprendente y a medida que avanza la película el desenlace es altamente desconcertante.

No son dos películas que se vean con facilidad en la televisión. En particular, Wicker Man es una joya cinematográfica muy difícil de ver. Por su parte, Get Carter tiene más predicamento. Son dos películas que servirían para programas de debate con el fondo de una película. Ambas películas han tenido versiones posteriores; nos quedamos con los originales.

Por su parte, Get Carter lleva el sello de los films de los setenta; un protagonista que lleva el peso de la trama, como es el caso de Michael Caine, que se enfrenta al crimen organizado de la época para vengar la muerte de su hermano y salvar a su sobrina de los peligros que la acechan. Hay escenas memorables, atrevidas y el tono se mantiene a lo largo de la película.

El final es absolutamente genial. Michael Caine celebra su victoria sobre una organización criminal; en la escena final un francotirador mata a Carter y frusta el heroísmo del protagonista. ¿Acaso no es un anticipo de la situación actual?

No canta victoria el crimen organizado, las organizaciones criminales que trafican con sustancias estupefacientes, con personas o cualquier otra cosa que produzca rendimiento pecuniario. Y los asesinos espontáneos, como el último aparecido en un instituto del Estado de Florida. Hay otros perfiles de asesinos que se burlan de la ley y la moral pública. La policía aparece en un segundo plano en Get Carter: toda una premonición de la eficacia de los cuerpos de seguridad del Estado.

Get Carter provoca una reflexión social toda vez que advierte de los peligros que encierra las sociedades democráticas modernas. Y, sin embargo, la película no hace referencia al sistema político que, en última instancia, facilita la actividad criminal. ¿Por qué las series anglosajonas actuales repiten el modelo policial y criminal?

Completamente distinta, Wicker Man es una historia extraordinaria desconcertante. Un policía llega a la isla para encontrar a una muchacha desaparecida. Desde un principio, el policía encuentra una situación agobiante, que se complica a medida que las investigaciones del policía avanzan.

El policía, interpretado por Edward Woodward, es un cristiano militante, que choca con la moral de los habitantes de la isla. Se nota que la revolución contra cultural de los sesenta representa el trasfondo del comportamiento de los personajes de la película, excepto el policía foráneo.

El líder del grupo es un personaje interpretado por Christopher Lee que dirige una comunidad entregada de nuevo al paganismo que necesita ceremonias con sacrificios para que el futuro sea benigno.

A medida que la trama avanza, el sacrificio se ceba con el policía, que es cristiano. Aunque resulte inaudito, al final se quemará en una pira en forma de torre al citado policía, sin que nadie le ayuda para evitar este desenlace.

Nos encontramos a principios de los setenta. Los cambios introducidos por la revolución contra cultural de la década anterior empiezan a conseguir frutos, entre la juventud de todas las clases sociales. Se experimenta con la libertad, las drogas, la música pop, rock y otros estilos que irrumpen con fuerza por la disposición del show business.

El gran sacrificado en las sociedades occidentales es el cristianismo. La moral cristiana desaparece como modelo dominador y nos encontramos con un cóctel de influencias morales y estéticas que arrinconan las religiones y morales tradicionales.

Wicker Man anticipa la suerte del cristianismo en las sociedades capitalistas occidentales. Puede que sea una película poco apreciada. Es un craso error, porque perfectamente nos describe como la gente se inclina por nuevos dogmas con la misma pasividad y pérdida de la libertad individual que antes.

En resumen, el cine británico combina buenos guiones y mejores actores. Pretende ser original y lo consigue, con películas o series. Get Carter y Wicker Man pertenecen a la filmografía británica que debemos apreciar. Cine británico inolvidable.

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