De nuevo la Amnistía aparece en la escena política española. El PSOE podría formar un nuevo gobierno, y como es costumbre en la democracia española, debe negociar con los partidos nacionalistas periféricos para conseguir la suficiente mayoría parlamentaria. Cualquier observador destacaría el hecho de que los partidos mayoritarios españoles necesitan siempre el apoyo de los partidos nacionalistas catalanes o vascos. La excepción ha sido el resultado electoral con mayoría absoluta para el PSOE y el PP.

Los partidos mayoritarios nunca se han planteado cambiar la Ley Electoral vigente. La Transición española consagró como premisa fundamental del nuevo régimen que los partidos nacionalistas periféricos deben participar en el parlamento español de una manera activa. La consecuencia de esta decisión política es el protagonismo excesivo de los nacionalistas catalanes y vascos. La desigualdad entre regiones es un hecho en España.

El apoyo del nacionalismo catalán es imprescindible. La figura de Carles Puigdemont vuelve al primer plano. Exiliado en Waterloo, Carles Puigdemont tiene la oportunidad de cambiar su destino. Una nueva Amnistía podría aplicarse en España para que los partidos nacionalistas catalanes Junts y ERC den su apoyo parlamentario. Aunque nadie lo ha invocado, hay una Ley de Amnistía en vigor, desde 1977. La organización Amnistía Internacional cuestiona esta ley, a partir de un vicio de nulidad.

¿Cuál es el real apoyo de los partidos mayoritarios españoles a la Constitución española de 1978? Ante una nueva oportunidad que ofrece el poder, el PSOE y Sumar tienen que conformar un ardid jurídico, en apariencia, para aplicar la Amnistía a los líderes catalanes.

Hoy día 29 hay una manifestación en Madrid en contra de la Amnistía para los líderes catalanes secesionistas. No está derecha española unida; las diferencias entre el Partido Popular y Vox conciernen a cuestiones fundamentales.

Como ya hemos indicado con anterioridad, la rebelión catalana en 2017 supuso la ruptura del consenso que sustentaba la Transición y el régimen democrático español. El gobierno del Partido Popular fue incapaz de frenar los acontecimientos en la región catalana. La cobardía de la clase política española quedó patente entonces. Ahora, que es posible un gobierno continuista con una nueva alianza entre PSOE y Sumar, los partidos catalanes secesionistas podrían volver a un escenario conflictivo. La Amnistía es una de las exigencias de estos partidos con representación parlamentaria, gracias a la Ley Electoral.

La propaganda de la izquierda española repite consignas fáciles que no traslucen una actitud firme y segura ante los partidos secesionistas periféricos. La izquierda y la derecha española no se unen para enfrentar el secesionismo catalán y vasco. Sigue habiendo una división, que está en el origen de la Transición española. Es muy difícil una solución política al problema catalán y vasco.

El martes próximo la princesa Leonor jurará la Constitución, dado que cumple 18 años, la mayoría de edad. La Monarquía española necesita la proyección de la princesa Leonor para conseguir mejorar la imagen institucional ante la ciudadanía española. ¿Hay sintonía entre la Monarquía y los partidos principales españoles? Felipe VI se destacó como valedor de la nación española frente la rebelión catalana en 2017. Si, acaso, se repitieran acontecimientos similares en la actualidad, la Monarquía cuenta con la joven figura de la princesa Leonor para fraguar nuevos consensos.

La ciudadanía española sigue observando los acontecimientos con cierta resignación y cumple con sus obligaciones electorales. El problema político con los partidos periféricos se perpetua y la clase política española no se renueva y fracasa en proponer una política decidida en atajar el problema político que tiene España. La Unión Europea tampoco cumple con un papel destacado ante problemas políticos de primer orden en los países de la unión; el secesionismo en España es una cuestión muy complicada. Bélgica acoge a Carles Puigdemont y no ha pasado nada. Europa es un proyecto a largo plazo, con algunas realidades destacadas.

 

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