Nadie gana. En España, el 23-J ha deparado un resultado que está en consonancia con el estado interno del sistema político que rige en nuestro país. El resultado no es del todo definitivo, porque el voto exterior debe contabilizarse. El Partido Popular ha obtenido 136 diputados provisionales; esto demuestra que los grandes partidos están muy lejos de obtener una mayoría suficiente.

Recordemos que el gobierno vigente, encabezado por el Partido Socialista, ha necesitado de una coalición con el Podemos y el apoyo de partidos radicales de Cataluña, Comunidad Vasca y otras regiones. El 23-J puede refrendar por las urnas la mayoría de izquierda y nacionalista que ha gobernado en España en los últimos años, sin que la crisis institucional se haya cerrado. Nadie gana.

El Partido Socialista ha celebrado los resultados del 23-J; el aparato de los partidos ha determinado que los mensajes políticos deben ser rotundos, aunque no se ajusten a la realidad. El PSOE no ha ganado las elecciones generales y el optimismo del presidente del Gobierno de España es el fruto de la propaganda que maneja la socialdemocracia española.

El PSOE ha obtenido 122 diputados; anteriormente contaba con 120. El resultado nos revela que el votante de izquierda piensa en términos de coalición y no tanto en siglas exclusivas. El bipartidismo en España ha entrado en crisis, tanto para el partido de la derecha principal, PP, como para el PSOE, el líder de la izquierda española. Nadie gana.

La rebelión institucional en Cataluña en 2017, dirigida por la Generalidad ha supuesto la ruptura del consenso reinante del régimen político de 1975 y concretada en la Constitución de 1978. Recordemos que la acción del gobierno catalán se enmarcaba dentro de un proyecto más amplio que llamamos en su momento Primavera Europea.

Entonces, el gobierno del Partido Popular demostró que no estaba preparado para enfrentar una rebelión institucional en Cataluña. La debilidad del gobierno del Partido Popular, encabezado por el M. Rajoy, ha condicionado la evolución del Partido Popular. Los resultados electorales del 23-J así lo demuestran, aunque un nuevo líder encabezaba el partido.

La izquierda española no quiere entrar en el fondo de la crisis institucional. La propaganda socialista siempre recalca el buen entendimiento con los partidos radicales de Cataluña y Comunidad vasca. Aunque el consenso que permitió conformar el régimen de 1975 ha saltado por los aires, el socialismo español aspira a manejar los resultados electorales del 23-J con una habilidad política indiscutible.

La ciudadanía ha cumplido con el derecho constitucional de participar en unas elecciones. La fecha escogida era muy mala, porque coincidía con las vacaciones de mucha gente en España. El gobierno, sin embargo, ha acertado con el 23-J, dados los resultados obtenidos. Ya es tarde para lamentarse; la falta de entendimiento entre el Partido Popular y Vox ha perjudicado a la derecha española. Nadie gana.

 

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