Un grupo de catedráticos de derecho constitucional y administrativo se han apresurado para proponer reformar la constitución española, dada la grave situación. La crisis catalana es la razón que esgrimen estos especialistas para no esperar más y trastocar el modelo territorial acorde con los postulados federalistas.

La ley no escrita de continuidad del Estado no aconseja reformar la constitución española, con urgencia, aunque una región como la catalana se haya declarado en rebeldía. Sin embargo, estos funcionarios del Estado (profesores universitarios) insisten en que la gravedad de los acontecimientos debe convencernos de la idoneidad de la reforma.

El grupo de juristas “se han reunido durante cuatro meses para redactar un documento titulado Ideas para una reforma de la Constitución”. Estos especialistas no dejan de proponer una relación especial con Cataluña, a través de una Disposición Adicional, que cuente con una aprobación general.

La crisis catalana todavía no se ha cerrado. Acaba de empezar la campaña electoral para los comicios del día 21 en Cataluña. La situación es lo suficientemente confusa que aconseja no hacer ningún movimiento reformista, y menos reformar la constitución española.

Sin embargo, desde la izquierda española se insiste, principalmente el PSOE, en abrir un proceso de reforma que, supuestamente, pondría al día la Constitución del 1978. Otros partidos, como Ciudadanos también han manifestado la necesidad de reformar la Constitución española.

Desde este blog hemos insistido que la Constitución española recoge dos legalidades enfrentadas, que son el origen del conflicto catalán, en particular, y del conflicto político en España, en general. La legalidad republicana, que defiende la izquierda y los nacionalistas vasco y catalán. El orden constitucional lo apoya el centro-derecha, consciente de la debilidad de esta posición, dado el desarrollo del régimen del 75.

La ambigüedad del PSOE es uno de los aspectos más característicos de la política española. Con unas bases, mayoritariamente republicanas, la dirección del partido apoya el orden constitucional, como ha demostrado con la aplicación del artículo 155 de la Constitución española. No obstante, el mandato del presidente socialista J.L. Rodríguez Zapatero impulsó el proceso catalán, con complicidad y partidismo republicano.

Reiteramos que el gobierno español debe ser extremadamente prudente y no acceder a reformar la Constitución española. Como no es realista que el orden constitucional desplazase la legalidad republicana, es una temeridad jugar a cambiar las cosas para que todo siga igual.

La citada ley no escrita de la continuidad del Estado no es esgrimida por los líderes políticos. El conflicto en la política española no lo resuelve una reforma constitucional, aunque lo digan eminentes catedráticos constitucionales.

Tendría que haber caído el régimen del 75, dada la volatilidad de la política española, desde el siglo XIX, y con ello la Constitución del 78 dejaría de ser la fuente de los problemas. Mientras, la pax americana y la UE mantienen artificialmente el régimen político español.

Y el Banco Central europeo sostiene la hacienda pública española. “Draghi firmó ayer un año más de QE, que expirará en algún momento de finales de 2018”.

Debemos estar mentalizados que los problemas políticos europeos, el Brexit y la rebelión catalana, no se han resuelto, como las incertidumbres financieras reaparecerán al cesar el QE. ¿ Se aceptará la reforma del Euro?. La primavera europea se fía para largo, entre otras cosas.

La ley de continuidad del Estado desaconseja reformar la Constitución española.

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