¿Cuál es la razón de que las grandes productoras de documentales norteamericanas estén obsesionadas con el régimen Nazi revisited? Discovey Chanel, Canal de Historia o National Geographic, son canales especializados en documentales de gran calidad, una alternativa a la programación televisiva generalista, en España o en cualquier país occidental.
Lo cierto es que no hay semana en la que no aparezca un documental sobre la II Guerra Mundial, el Tercer Reich alemán o la figura inexcusable de Adolf Hitler. Si observamos detenidamente la producción audiovisual norteamericana, lo que más nos puede llamar la atención es la violencia, en el plano psíquico o físico. Son un largo número de series cuyo contenido para el espectador gira entorno a la violencia.
El viaje de Rudolf Hess a Escocia en 1941 permanece en el misterio. Ya se tratase de una iniciativa personal o no, lo evidente es que Rudolf Hess esperaba una reacción positiva de las autoridades británicas; el “espíritu nazi” no era exclusivo de Alemania; la élite anglo-americana comulga, a su manera, con dicho símbolo, como lo demuestra la gran violencia desplegada en Oriente Medio, a cuento de las primaveras árabes.
La propia producción de series, como ya hemos comentado, están sujetas a un guion marcado por la violencia meticulosamente concebida. Las generaciones actuales mezclan la ficción de las series de televisión con los recuerdos del régimen Nazi revisited, que los canales especializados en documentales producen sistemáticamente.
Ahora bien, la relación del Nazismo con la élite anglo-americana no se reduce a compartir una visión del mundo. Hay que reconocer que esto sería demasiado simplista. La historia es mucho más complicada. El historiador ruso Valentín Katasonov, en un estudio que publicó la Red Voltaire en 2015, asegura que “los banqueros anglosajones organizaron la Segunda Guerra Mundial”.
Para el historiador ruso la élite anglo-americana apostó decididamente por el Tercer Reich con objeto de destruir el régimen bolchevique ruso.
“Los planes Dawes y Young, la creación del Banco de Pagos Internacionales (BPI), la suspensión del pago por parte de Alemania de las reparaciones de guerra previstas en el Tratado de Versalles y la aceptación de aquella decisión por los ex aliados de Rusia, las masivas inversiones extranjeras en la economía del III Reich, la militarización de la economía alemana y las violaciones del Tratado de Versalles son etapas en el camino que conduce a la guerra”.
El tono se eleva hasta un nivel insospechado:
“Detrás de aquel complot se hallaban personajes claves: los Rockefeller, los Morgan, Lord Montagu Norman (gobernador del Banco de Inglaterra) y Hjalmar Schacht (presidente del Reichsbank y ministro de Economía del gobierno de Hitler). El programa estratégico de los Rockefeller y los Morgan era sojuzgar Europa económicamente, saturar Alemania de inversiones y créditos extranjeros y empujarla a asestar un golpe mortal a la Rusia soviética para que esta última volviese al capitalismo, en calidad de colonia”.
“Montagu Norman (1871-1950) desempeñó un papel importante como intermediario en el diálogo entre los medios financieros estadounidenses y los jefes de empresas alemanas. Hjalmar Schacht organizó la reconstrucción del sector vinculado a la defensa en la economía alemana. La operación de los plutócratas contaba con la cobertura que le ofrecían políticos como Franklin Roosevelt, Neville Chamberlain y Winston Churchill. En Alemania los ejecutores de aquellos proyectos eran Hitler y Hjalmar Schacht. Según varios historiadores, Hjalmar Schacht desempeñó un papel más importante que Hitler, pero se mantenía en la sombra”.
No seguimos reproduciendo los párrafos más destacados, lo que deben hacer es leer el estudio y sacar las conclusiones oportunas. El contenido es demoledor, pero nada sorprendente.
Por nuestra parte, la complicidad de la élite anglo-americana con el régimen Nazi es la causa cierta de la orientación tan partidista de los canales de tv dedicados a documentales históricos. Los lazos del bloque anglosajón con la actual Alemania se mantienen, porque aciertan los estudiosos que aseguran que la UE es un remedo del espacio político europeo nazi.
El estudio de Valentín Katasonov desmitifica el régimen Nazi revisited. No hubiera sido posible el ascenso del partido Nazi, de Hitler y del propio régimen nazi sin la complicidad política y financiera del bloque anglo-americano. La Guerra Fría estaba justificada más por parte soviética que por los arrestos occidentales.
La cuestión que inquieta hoy es el Brexit, ¿por qué Gran Bretaña pretende separarse de la Unión Europea, toda vez que Alemania es un aliado firme? Sabemos que hoy no podemos apostar por nada con seguridad: ni la UE, desconocemos cómo será Alemania sin tropas extranjeras en su territorio, ni las opciones estratégicas del bloque anglosajón, etc.
El inmovilismo es la tónica política hoy en Europa. La pax americana es la construcción más sólida de la élite anglo-americana. Sin embargo, los documentales de Leni Riefenstahl permanecen en el olvido. Y no nos olvidamos de los soldados americanos que murieron en Europa.
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