Es uno de los protagonistas. Manuel Valls en la corte ha conseguido ser una figura política con cierta relevancia. De la mano del partido Ciudadanos, Manuel Valls es un político electo en el Ayuntamiento de Barcelona; su apoyo a la figura de Ada Colau ha conformado el gobierno municipal barcelonés.

Su presencia en la política española sólo se explica si media en el conflicto catalán. Manuel Valls en la corte debe ser un comisionado del gobierno francés. No tiene explicación que un ex primer ministro francés llegue a la política municipal catalana, con repercusión nacional.

¿Qué intenciones tiene la República francesa con el conflicto de la Generalidad catalana? Recordemos que, en el siglo XVII, las autoridades catalanas, que gozaban de amplia autonomía, ya entonces, juraron fidelidad al rey francés; dado el conflicto que estalló contra el rey de España y las tropas castellanas, que atravesaban Cataluña para atacar Francia.

Manuel Valls en la corte busca protagonismo y los partidos políticos españoles se lo proporcionan. El político francés conoce la más alta política europea y puede mantener la distancia con los políticos españoles.

El conflicto catalán es un asunto muy serio, que amenaza a la unidad de España como a la Monarquía española, aun que de origen francés. No hemos escuchado un pronunciamiento profundo de Manuel Valls sobre el conflicto, lo que para nosotros es una prueba de su papel de mediador.

Ni Francia ni ningún otro país europeo son verdaderos aliados de España. No seamos ingenuos, no tenemos aliados en Europa. Menos aún en el bloque anglosajón. La Unión Europea es el castigo que soporta Alemania, por la II Guerra Mundial. El Brexit debe hacer reflexionar a Alemania, toda vez que tiene un papel impuesto en los asuntos europeos.

Francia sigue una política exterior propia. Lo demuestra su protagonismo en Libia y Siria. Francia es un aliado del bloque anglosajón y un obstáculo para la Unión Europea. Otra cosa es la intelectualidad francesa, que sigue influyendo en los intelectuales españoles.

Por lo tanto, Manuel Valls en la corte debe darnos sorpresas. Su decidido apoyo a Ada Colau, en el Ayuntamiento de Barcelona, es una jugada política que ha sorprendido a los nuestros.

Manuel Valls en la corte puede manejarse con facilidad, dada la insuficiencia de la política española. No parece, tampoco, que el rey de España puede contrarrestar los manejos del político francés, nacido en España. Sabemos que el régimen del 75 debe caer, pero la conspiración republicana gana enteros, a partir de la insurrección catalana.

Ciudadanos es el partido protagonista en los pactos municipales y autonómicos. No sabemos si el partido de Albert Rivera aumentará su poder o se verá limitado éste.

¿Qué podemos temer de Francia? Fortalecer el régimen del 75, en absoluto. Precipitar la caída del mismo, muy arriesgado. Los países europeos viven en un inmovilismo alto evidente. Es la pax americana lo que impera.

Manuel Valls en la corte puede esfumarse en cualquier momento, si no consigue progresos en su misión. Parece que las circunstancias le son propicias. El conflictivo panorama político español es un acicate para el político francés. Son las potencias extranjeras las que pueden condicionar el conflicto catalán.

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