Los madrileños ya conocemos los candidatos a la alcaldía de Madrid. Estados o ciudades en el disparadero, dado que los planes estrella de los equipos de gobierno municipal ocultan el resto de medidas tomadas a corto plazo. Madrid central es el plan diez del equipo de gobierno de Ahora Madrid.

Las restricciones al tráfico privado en el centro de Madrid es algo ya presente en otras grandes capitales europeas. Estados o ciudades en el disparadero porque la política no consiste sino en adaptar leyes o realidades ya puestas en marcha en otros países.

¿Porqué en Madrid ha sido el partido Ahora Madrid el que ha legislado para prohibir el tráfico privado, a partir de condiciones ecológicas? Otras ciudades europeas, como París o Roma ya contaban con estas medidas, pero la ciudadanía no se adelanta a los partidos políticos para condicionar las decisiones que toman. ¿Dónde están los medios efectivos democráticos para nos vernos sorprendidos por los legisladores estatales o municipales?

Las elecciones municipales o generales serían muy distintas si girasen entorno a los verdaderos problemas que la ciudadanía reconoce y no la propaganda política mezclada con medidas posibles. Además, los ciudadanos conocen escasamente los programas electorales, dado que aceptan las elecciones como un juego en el que se quiere ganar. Estados y ciudades en el disparadero.

Ya sabemos que la política es el arte de lo posible. pero la realidad que constatamos una y otra vez es que los Estados reducen la incertidumbre al máximo. En muchos asuntos, gobiernos estatales o municipales imitan leyes o soluciones políticas ya ensayadas en otros países. En función de la posición relativa de los Estados en el concierto internacional de naciones.

España compra una y otra vez en el exterior, y no sólo deuda. Un plan para regular el centro histórico de la capital; claro que los legisladores españoles introducirán diferencias o singularidades. Pero nunca demostramos capacidad para adelantarnos en afrontar algún problema, que es compartido por otros países.

Tampoco mejoramos los modelos foráneos que adoptamos. Con tal actitud, la Comisión europea legisla y el Estado español adapta las directivas, sin más. Seguramente como otros países europeos. Son las reglas de juego europeas, ahora puestas en cuestión por Gran Bretaña.

Los mercados presionan; los Estados presionan y los ciudadanos no podemos pararnos para pensar. Y no nos olvidamos de los medios de comunicación. La ensalada de las sociedades occidentales.

Print Friendly, PDF & Email