La política española repite esquemas pasados. Es algo que se puede comprobar con el fracaso del proyecto Euro Vegas, que pasa de largo. La Restauración de Juan Carlos I repite los errores de la Restauración de Alfonso XII. Los objetivos de Madrid como gran región europea se han visto frenados con la retirada del gran casino americano y, antes, con la eliminación de Madrid como sede para los Juegos Olímpicos del 2020. La Comunidad de Madrid no puede sustituir al Estado central. Tampoco debieran confundirse los nacionalistas varios.

Qué poco se comenta la negativa de la empresa Las Vegas Sands a seguir con el proyecto Euro Vegas, en Madrid. Tampoco el Estado español ha gastado tinta en el asunto, aunque la marca España resulte perjudicada, ante los inversores extranjeros. Euro Disney pudo instalarse en nuestro país, pero prefirió París, la capital de Francia. Un nuevo fracaso, como es EuroVegas debe hacernos reflexionar y encontrar una explicación razonable a tamaño fiasco. Porque tiene que ver con la política española, queramos o no.

El economista Roberto Centeno ha publicado dos posts en el blog que tiene en El Confidencial. Versan sobre la oligarquía catalana, la élite financiera y económica de esta región, ahora envuelta en un proceso secesionista. Demoledores; pero nos permiten seguir una pista cierta con el caso Euro Vegas.

Roberto Centeno traza cómo ha sido la reforma del sistema financiero español. Algo que compromete, en un contexto de severa crisis financiera, tanto al Partido Popular y al Partido Socialista. La Caixa y el Banco Sabadell son las instituciones financieras catalanas, representantes de la oligarquía citada, ganadoras del reparto de Cajas de Ahorro. El propio Estado español, a través de una institución fundamental como El Banco de España, ha entregado varias de estas cajas a las instituciones financieras catalanas. Con la aquiescencia  del establishment español.

El Confidencial también informa de que la Caixa, Banco Santander y BBVA negaron el crédito que necesitaba Las Vegas Sands, en España, para financiar el proyecto de Euro Vegas. Acaso las autoridades políticas madrileñas, encabezadas por Esperanza Aguirre, desconocían cómo es este país. ¿No se encuentra Madrid más aislada que otras regiones, en las que hay movimientos  secesionistas, para el Estado español?

Euro Vegas ha chocado con el capitalismo patrio. Un proyecto de esta envergadura sólo era aceptado por el gobierno de Madrid. Además, los modales españoles imponen una regla, desde la defenestración de Don Álvaro de Luna, en 1453: aquí no hay verdadero lujo y nada lo contradijere.

Lo cual sirve para explicarnos el caso Banesto, del que se cumple 20 años, y de la caída de Mario Conde. No se puede sobresalir demasiado, en la política española.

Alfonso XII o Juan Carlos I

Francisco Silvela, Grande de España y ministro de la Restauración Borbónica en la persona de Alfonso XII, rey con soberanía, dejó escrito sobre la Constitución de 1876:

“Pueden realizarse todas las políticas posibles dentro del sistema monárquico constitucional. El proyecto de Constitución no es más que un conjunto de instituciones con virtualidad suficiente para que estas políticas se desarrollen. Quedan sin resolver aquí muchas cuestiones, todas las que pertenecen a la política”

Palabra por palabra podemos aplicar este comentario a la Constitución de 1978.

El Pacto del Pardo, para asegurar la gobernabilidad, a la muerte de Alfonso XII, tiene su reedición en los Pactos de La Moncloa, con otro objeto y suscrito en la Transición española. Hay una identidad muy fuerte entre los políticos españoles de ambas restauraciones, la “constitución interna canovista”. Y la corrupción institucional lo corrobora.

La alternancia entre Partido Popular y Partido Socialista, hoy, no está muy lejos del turno pacífico entre los partidos conservador y liberal, bajo la Restauración de Alfonso XII. Entonces, los políticos españoles asimilaban autonomía y secesión, en el caso de Cuba. Nuestros políticos actuales, bajo otra Restauración, han tenido un cuidado exquisito en no confundir autonomía con secesión, en los casos de Cataluña y Comunidad vasca. No aciertan. Esta es la raíz de la frustración hispánica, transmitida generación a generación.

La oligarquía catalana, como catalizadora del establishment español,  ha frenado el proyecto Euro Vegas. Se guardaron la carta de la financiación del proyecto de marras. Los políticos madrileños del Partido Popular creyeron que la crisis ofrecía una oportunidad única para dar la vuelta al país y suscitar una admiración desconocida en el gentío patrio. El gobierno del Estado está en otras coordenadas. La política española ha cerrado las puertas de Europa al jugador americano.

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