El núcleo político de España está intervenido. No es una cuestión que tomemos a la ligera. Muy al contrario, repasamos los acontecimientos de los últimos años, y llegamos a la conclusión de que España obedece los dictados de la Unión Europea, o si se prefiere de Alemania, el país que lidera el gran pacto europeo. Como deudor, España no ha tenido otra alternativa que ceder a la ortodoxia alemana. El representante del gobierno de Angela Merkel es el ejecutivo de Mariano Rajoy. La decisión se tomo y se llevó a cabo antes de las Elecciones Generales del 2011. El caso Gürtel es la prueba de la extrema debilidad del último gobierno de J. L. R. Zapatero y el ascenso del Partido Popular, que ha acumulado un poder inaudito, con el respaldo de Alemania, que decide en última instancia, para desesperación nuestra.

La trama Gürtel compromete principalmente al Partido Popular, ahora en el gobierno. El ex tesoreo Bárcenas, una pieza dentro del caso Gürtel, ha reaparecido con inusitada fuerza, con otra causa relativa a la corrupción en el seno del Partido Popular, algo que contradice los intereses del ejecutivo. Nuevas revelaciones de cuentas en Suiza, dentro del proceso judicial, asociadas al ex tesorero del Partido Popular, han reabierto la cuestión de la corrupción de los partidos políticos para la opinión pública española. Pero lo cierto, es que esta trama de corrupción nos permite ahondar en la política española de los últimos años, marcados por una crisis económica e institucional.

Tal y como se han desarrollado los acontecimientos, hay un hecho especialmente relevante: la defenestración del juez B. Garzón. Afecto al Partido Socialista, el juez abre la investigación de la red de corrupción conocida como “Gürtel”, a comienzos del año 2009. La trama da de lleno en las filas del Partido Popular. Es la principal baza con la que cuenta el gobierno socialista para contrarrestar el auge del centro-derecha. En marzo del mismo año, el juez Garzón se inhibe del caso, y así atendió la recomendación de la Fiscalia Anticorrupción.

En muy poco tiempo, la Justica española aparta al Juez Garzón del ejercicio profesional de la judicatura. Primero,en febrero del 2012, el Tribunal Supremo condena a Garzón por prevaricación a 11 años de inhabilitación especial para el cargo de juez o magistrado. El Consejo dell Poder Judicial ratificó la sentencia que expulsaba al juez Garzón.

Garzón cayó con el Partido Socialista en el poder. Algo asombroso. Una operación muy rápida acabó con la competencia del juez Garzón. El Partido Popular no tenía el poder suficiente en el aparato del estado, todo lo contrario que el PSOE, como ya quedó demostrado por el 11-M, un atentado dirigido contra el gobierno del presidente J. M. Aznar. La pasividad socialista, un hecho de sobra forzado, del último gobierno del Sr. J. L. Zapatero, se agravó hasta permitir la reforma de la Constitución, a cuento del techo de déficit y, finalmente, perdió las elecciones.

Ahora el gobierno del Partido Popular presiona a los servidores públicos, con recortes en los salarios, exigencias en el cumplimiento del horario laboral, etc. Algo no visto hasta ahora en la administración española. Las reformas emprendidas por el ejecutivo del Sr. M. Rajoy cuenta con un instrumento muy poderoso: el miedo. Pero el punto de inflexión, que tanto a beneficiado al Partido Popular, está en la trama Gürtel, que desde la desaparición de Garzón, había pasado a un plano muy discreto, como sobreseído. El poder que ha conseguido el Partido Popular, antes de las Elecciones Generales del 2011, se debe a las presiones de Alemania y de la Unión Europea. Sencillamente, estamos intervenidos. La caída de Garzón es consecuencia de un golpe de mano que arrebató el poder al Partido Socialista, de forma progresiva hasta obtener un resultado electoral muy pobre, en los últimos comicios generales.

El poder soberano de España está comprometido. La pujanza de Alemania ha llevado a Gran Bretaña ha cuestionarse su papel en el seno de la Unión Europea. Pero desconocemos los planes alemanes para el conjunto de la zona euro, y en particular, para España.

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