Es actualidad la constitución de los gobiernos municipales y autonómicos en muchas localidades españolas, y sobresale la pujanza de la izquierda, con nuevas siglas y un líder, Pablo Iglesias, que ya irrumpió en la política española en las elecciones europeas del 2014, con cinco escaños. Dado el apoyo que ha contado el secretario general de Podemos de la Sexta televisión, no es imposible que esté en marcha una operación republicana para España, dado que la crisis institucional de la Monarquía constitucional no tiene solución, pues la corrupción es la consecuencia de la descomposición del régimen.

El PSOE es el actor del régimen que debe templar el empuje de la nueva izquierda; por ello, es normal los acuerdos del Partido Socialista y las marcas puestas en liza por Podemos (Ahora Madrid, Comú). La reunión que celebró J. L. Zapatero, ex-presidente del gobierno con Pablo Iglesias e Iñigo Errejón de Podemos, en el pasado enero, demuestra las virtudes del político socialista, al que todavía censura parte de la prensa, sin tener en cuenta que es mérito de J. S. Zapatero lo avanzado con ETA, que ha respetado el gobierno del Partido Popular. En dicha reunión se trató de un nuevo proceso constituyente, con diferencias evidentes, según manifestó el propio Zapatero.

La debilidad de la Monarquía quedó expuesta en la gran pitada que recibió el Rey y el himno español, en el estadio del Barcelona, en los prolegómenos de la final de copa del Rey. No ha habido consecuencia alguna; llegado el momento, la Monarquía caerá si los poderes fácticos del país hacen o dejan hacer: oligarquía catalana; oligarquía del IBEX, grupo PRISA, etc.

Precisamente, un artículo de Roberto Centeno en el Confidencial, aseguraba que la oligarquía del IBEX 35 depende de una manera u otra del BOE, con la excepción de Inditex (Zara), un grupo de capital familiar.

El estilo demoledor del Catedrático de Economía en la Escuela de Ingenieros de Minas de la UPM pone en entredicho los logros económicos del gobierno de Rajoy. A pesar de que la nueva alcaldesa de Madrid se haya reunido con directivos financieros, la izquierda antepone la propaganda al análisis económico público.

No obstante, los resultados electorales en las ciudades más importantes de España (Madrid, Barcelona, Valencia) ha demostrado que la derecha económica no ha respaldado a la derecha política encarnada por el Partido Popular. Es casi seguro que el partido de Rajoy enfrentará las Elecciones Generales, sin gran apoyo mediático y con los casos judiciales sobre corrupción ante la opinión pública. Es una señal para navegantes de lo que se avecina.

Con las consecuencias económicas y sociales de la crisis en primer plano, reparto de la riqueza y expectativas ciertas, el desafío catalán a la vuelta del verano y la crisis griega a punto de la bancarrota, el gobierno de Rajoy perderá su apuesta, tantas veces comentada por nosotros. Lo importante es darse cuenta de que el gobierno no es una garantía para la Monarquía. Una operación republicana sería una solución institucional para un país tan necesitado de «volver a empezar».

 

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