“El Príncipe” es el opúsculo de Nicolás Maquiavelo; es una de las cimas del pensamiento político occidental; todo estadista debe conocerlo. “The Manchurian Candidate” es una película norteamericana dirigida por John Frankenheimer, sobre la novela de Richard Condon; todo político de los regímenes democráticos liberales debe conocer este film.

The Manchurian Candidate gira entorno al veterano de la Guerra de Corea Raymond Shaw (interpretado por Lawrence Harvey); capturado y programado para matar, dentro de una conspiración comunista internacional, con conexiones con políticos en Estados Unidos.

La Guerra Fría sigue despertando el interés y la curiosidad de historiadores y del gran público. Lo que nos interesa, ahora, es el aspecto de un político programado para un determinado fin.

En la actualidad y en España, el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez ha sido cuestionado por varios medios de comunicación como el diario ABC o el medio digital Okdiario. Los casos de corrupción de políticos a cuento de sus estudios universitarios cobran de nuevo actualidad por la dimisión de la ministra socialista de Sanidad, Carmen Montón, por unos estudios en la Universidad Rey Juan Carlos. El líder del Partido Popular está, también, en entredicho, por lo mismo.

Acto seguido, se cuestiona la tesis doctoral del presidente socialista. Baja calidad, plagio de parte de los contenidos y complicidad del tribunal que evaluó la tesis del candidato.

¿Porque somos tan ingenuos en caer en las trampas de la prensa? Lo importante es reconocer que Pedro Sánchez es un político programado para un determinado objetivo. Seleccionado por políticos de su partido, por altos funcionarios españoles o instituciones no conocidas que escogieron al líder socialista.

Claro que hay un paralelismo con The Manchurian Candidate. Se escoge a una persona, en la ficción de la novela y película de 1962, por sus relaciones familiares con políticos norteamericanos que forman parte de la conspiración internacional. En la política real, se procede de forma muy parecida.

No sabemos la razón por la que Pedro Sánchez ha escalado puestos hasta alcanzar la jefatura del gobierno español. No son importantes sus estudios, títulos y Primarias en el Partido Socialista. Todo esto es accesorio; Pedro Sánchez es un candidato impuesto, desde hace tiempo, para una misión determinada.

Hemos manifestado la complicidad del tándem Rajoy-Soraya con el líder socialista, tal y como quedó patente en la moción de censura que aupó a Pedro Sánchez a la presidencia del gobierno español. Ahora se han celebrado los 100 días del ejecutivo socialista.

Para los casos de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias se utilizó la promoción de las tertulias políticas televisivas.

El Partido Socialista y Podemos son aliados en el Congreso de Diputados. Si hay un objetivo que pudieran ambos compartir es la Tercera República. Insistimos que hay una conspiración republicana en marcha, espoleada por la insurrección catalana.

El final de Manchurian Candidate es dramático y no es el esperado por los conspiradores. El final del régimen del 75 podría ser dramático, con lances inesperados por los actores políticos involucrados. Uno de ellos es Pedro Sánchez, el candidato socialista programado.

Recién llegado a la Moncloa, Pedro Sánchez, ya presidente del gobierno español, recibió a George Soros, reputado financiero legado a los menesteres mundialistas. Al buen entendedor sobran las palabras.

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