El diario ABC recoge la opinión de The Economist, un medio estandarte de la élite anglo-americana, a favor de la Cataluña secesionista. Ya hemos indicado que los promotores de la primavera europea son los provocadores de la primavera árabe. Tras el Brexit aparece la rebelión catalana, perfectamente alineado. Con la violencia yihadista respaldando ambos procesos.

El bloque anglosajón debe conducirse con mucha cautela y discreción. Los gobiernos británico y estadounidense han declarado su apoyo al gobierno español; sin embargo, la aptitud de un medio muy influyente anglosajón, The Economist, compensa la hipocresía oficial.

Debemos comentar un hecho poco conocido. La alianza del bloque anglosajón con el Sionismo y el Wahabismo rompe con la tradición del liberalismo político que consagró la separación del Estado y la religión. Algo presente en casi todo Occidente. La Constitución de Estados Unidos lo recoge en la primera enmienda. La élite anglo-americana se ha entregado a todo lo contrario, traiciona este postulado esencial y respalda cuántas primaveras beneficien a sus intereses.

La rebelión catalana podría provocar una crisis sin precedentes en la Unión Europea. El golpe del Brexit, todavía no se conoce, pero es un problema abierto para las autoridades europeas, que recelan en público de un nuevo frente con Cataluña.

La salida de empresas catalanas grandes, medianas y pequeñas ha sido un factor desorientador para la Generalidad de Cataluña. El mercado es uno de los poderes del Estado, con la Guerra y la Religión. Parece que no ha sido una sorpresa para el Estado español. Ya ningún conflicto en Europa es una cuestión meramente interna.

Según informa El País, la Generalidad catalana “…está creando su Estado independiente en Internet” Con la ayuda de Estonia, un estado báltico miembro de la UE y de la OTAN, el gobierno secesionista catalán lleva la friolera de dos años empeñado en este cometido. Nos preguntamos si la inteligencia española, CNI, no ha hecho su trabajo o ha sido bloqueado políticamente, dentro del Estado español.

La crisis catalana necesita tiempo, no una resolución inmediata. El gobierno español, preocupado por las reacciones internas y externas, aplicará aparentemente el artículo 155 (intervención de la autonomía) de la Constitución española, con una marcha lenta. La Generalidad catalana espera que otra región europea se contagie y entre en la escena europea.

Sin ir más lejos, el próximo día 22 de Octubre, las regiones italianas de Lombardía y Véneto celebrarán un referendo, que no compromete al gobierno italiano; no obstante, la consulta se realiza para recabar apoyo popular para que las autoridades de Lombardía y el Véneto exijan al Estado italiano mayor autonomía, transferencias y mejoras fiscales. La secesión catalana está en el ambiente.

Ningún líder secesionista catalán reúne, a priori, las condiciones de un jefe que conducirá al pueblo catalán, dividido como en otros momentos de la historia de España, a su independencia anhelada. Sería Arthur Mas, el presidente defenestrado de la Generalidad catalana, el líder más destacado; pero es un papel que no puede representar.

Tampoco entre los políticos españoles hay una figura destacada. Es un gran logro de la democracia liberal esta nivelación, que no permite la irrupción de un líder avasallador. Y no parece que la crisis catalana produzca uno. Entre tanto, The Economist y la rebelión catalana nos recuerda la importancia de la geopolítica.

 

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