En España no se encaja la decisión de un juzgado regional alemán, de Schleswig-Holstein, que ha dejado en libertad, bajo fianza, a C. Puigdemont, quien consigue un nuevo tanto a favor, blocks on the rocks. España, sin más dilación, debe comprender que no tiene aliados en Europa; que pertenecemos al bloque hispánico, como ya señalara el filósofo Gustavo Bueno.

La decisión alemana podría suponer que el escepticismo europeo tiene bastante predicamento; la superestructura europea es una construcción de los Estados europeos, sin una base popular que refrende la UE; los referendos fracasados en Francia y Holanda, a cuenta de la constitución europea, por ejemplo, es determinante para no vernos sorprendidos por la justicia alemana.

No obstante, queda la decisión final sobre la extradición del ex presidente catalán; se nota que no hay unidad entre los partidos políticos españoles; de nuevo, enfrentadas la legalidad republicana y el orden constitucional.

¿Qué o quién sostiene a la UE? La Pax americana, la dominación de Estados Unidos ha reducido a Europa a un protectorado, con una autonomía muy amplia. Esta es la verdadera razón de la debilidad constitutiva de la Unión Europea. Un tribunal regional alemán no cuestiona la UE con su decisión favorable al líder secesionista catalán; sin embargo, si demuestra que la política exterior de la Generalidad catalana ha dado resultados, blocks on the rocks.

Para Alemania la UE es atractiva porque es un remedo del espacio político nazi; en Francia, parece que el régimen de Vichy es más fuerte que la resistencia francesa, blocks on the rocks.

La OTAN es la organización militar clave para entender la geopolítica europea. Su disolución implicaría la ruptura de la UE. En tanto Estados Unidos no suelte la presa europea, como no suelta la presa siriaca, el status quo europeo se mantiene, con los embrollos nacionales, como el español, proyectando temores sin gran fundamento doctrinal. Si el bloque anglosajón ha promovido la primavera europea, bajo el liderazgo británico y la debilidad del presidente Obama, la presidencia de D. Trump no ha secundado estos planes, por el momento.

El Estado español es cliente de la superestructura europea. Los grandes partidos españoles han aceptado el juego, desde la entrada de España en dicho club europeo. ¿La independencia catalana rubrica los anhelos europeos reprimidos? Posiblemente en parte sí. El periplo de C. Puigdemont por varios países europeos así lo demuestra, para nuestra congoja. Sentimientos a flor de piel, como blocks on the rocks.

Los escándalos en la Comunidad de Madrid, desde los disturbios protagonizados por inmigrantes africanos y el caso del currículo de la presidenta de la Comunidad de Madrid alertan sobre si la capital de España podría ser moneda de cambio. Sabemos que la comunidad madrileña quiere aventajar en la económico a Cataluña y, además, convertirse en un foco turístico de primer orden.

De nuevo, la legalidad republicana no encaja con el orden constitucional; el conflicto del régimen del 75. La Constitución de 1978 es una trampa doctrinal y jurídica para la sociedad española.

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