Se aproxima el Carnaval 2023 y los partidos políticos en España se preparan para un intenso año electoral; en mayo habrá elecciones autonómicas y municipales; a finales de año, las elecciones generales enfrentarán al bloque de izquierda y aliados con el centro-derecha, aunque el Partido Popular ya ha marcado distancias con Vox.

Cualquier movimiento de los partidos políticos, declaraciones de los líderes en liza y protagonismo de los medios de comunicación deben observarse desde la estricta perspectiva electoral. El Carnaval 2023 debe fortalecernos y esperar las elecciones democráticas con una actitud crítica, hoy más que nunca, porque la crisis económica, a partir del importante repunte de la inflación, ha perjudicado seriamente a los ciudadanos.

Habrá que esperar promesas y anuncios espectaculares de los líderes políticos. Alberto Núñez Feiójo, presidente del Partido Popular, ha adelantado que habrá una reforma fiscal para el campo español. Un anuncio lo suficientemente apropiado, porque los problemas que conciernen al campo español, productor y defensor de un estilo de vida, son variados. Sin embargo, esta promesa no se dirige al ciudadano de las grandes o medianas ciudades españolas.

El gobierno español empezará a distribuir el miércoles 15 una ayuda de 200 €, a través de la Agencia Tributaria, a quien lo solicite. Una pequeña contribución del gobierno de coalición presidido por Pedro Sánchez.

Tanto la Guerra de Ucrania, como el aumento general de costes y precios han marcado el año 2022. El Carnaval no tuvo el año pasado el protagonismo que se espera para el Carnaval 2023. Los españoles no olvidamos todavía la pandemia que ha cambiado nuestras vidas. Seamos impacientes para disfrutar de una fiesta tan arraigada en el pueblo cristiano.

La disputa entre el Partido Socialista y el Partido Popular parece que ocupará el centro del interés político. El sistema democrático español espera recuperar el bipartidismo. Tanto Podemos como Ciudadanos y Vox tendrá que reforzar los aparatos electorales, porque los pronósticos no son favorables para estas formaciones políticas.

Las elecciones constituyen el reto democrático para políticos y ciudadanos. La preferencia del sistema y el sentido común dicta concentrar las elecciones para supuestamente reducir el gasto electoral y, también, frenar la abstención. El modelo democrático acostumbra a juntar la ilusión con la decepción; precisamente las elecciones cumple con esta dicotomía, nunca resuelta, para beneficio del poder.

A partir de ahora, cualquier cosa puede influir en los procesos electorales. Nadie debe cometer un error y el Carnaval 2023 debe ser muy cuidadoso con los gestos públicos. El ciudadano deberá conocer los programas electorales; una minoría asistirá a los actos programados por los partidos políticos; una mayoría más amplia seguirá las tertulias y debates en los medios de comunicación.

La Guerra en Ucrania prosigue sin que haya un desenlace claro. Ya hemos advertido que los conflictos en el este de Europa se enquistan, porque los odios son lo suficientemente fuertes para conservar el combate. Los ciudadanos españoles observan con cierta indiferencia la guerra y no parece que este acontecimiento sea un argumento electoral destacado por los partidos políticos españoles. Aunque se espera veladas referencias para reforzar el concepto de “lo políticamente correcto”. ¿Esperamos alusiones a la guerra en el Carnaval 2023?

Ya veremos.

 

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