Cumbre del G-7 en Biarritz en Francia; la mesa redonda con los integrantes del G-7 que componen la Ciencia Ficción política; la base real de un gobierno mundial, con los activistas en contra de fondo.

Argumento perfecto para la opinión pública mundial: estados fallidos en todos los continentes del mundo. Arde la selva Amazónica ante la pasividad de un estado brasileño fallido; otro tanto con México, por mor de la droga. Sur de Europa: países impotentes ante el fenómeno de la inmigración; estados fallidos como España o Italia, aunque sea miembro del selecto grupo del G-7.

África un continente fallido; la Ciencia Ficción política es verdaderamente posible. Amenaza de pandemias, hambre y violencia. Sólo esperamos que el G-7 llegue a tener el poder ejecutivo para actuar en cualquier lugar del planeta.

Crisis constantes en lo relativo al Medio Ambiente. El movimiento ecologista internacional denuncia las agresiones al Medio Ambiente; un gobierno mundial tendría en su agenda los problemas medioambientales; lo que daría lugar a una nueva relación con las empresas multinacionales, que ya evolucionan en dicho sentido sostenible. Una explotación mejorada de los recursos naturales de pertenencia “mundial”, por el mercado de materias primas.

Los medios de comunicación son imprescindibles para convencer a la opinión pública mundial. Las películas o las series de tv norteamericanas que propagan toda clase de ficciones. Las redes sociales, centradas en las jóvenes generaciones, hacen un trabajo impagable para conseguir la buena imagen de un gobierno mundial integrado con los diferentes movimientos activistas en contra.

El bloque anglosajón estaría en el núcleo del gobierno mundial; el bloque hispánico derrotado, salvo la participación de España en su relativa cuota en la Unión Europea. Una institución que integra a Alemania, que borraría su participación individual. Las potencias nucleares, con las exclusiones muy meditadas, como Rusia o Pakistán.

Ciencia Ficción política para las tardes de domingo. Un gobierno mundial para enmascarar el declive del bloque anglosajón. Gran Bretaña retratada con un interminable Brexit; Estados Unidos pierde el pulso con China, en los planos comercial y expansivo.

La guerra generalizada es muy atractiva para la Ciencia Ficción política; sin embargo, el gobierno mundial debe descartar esta amenaza, como ya hiciera la Guerra Fría. Recordemos la eliminación de Hilary Clinton para la presidencia de Estados Unidos; era “muy belicosa”.

Una oportunidad para las religiones que apuestan por el ecumenismo. Llegamos a este punto, a partir de la dominación y expansión de la civilización occidental, desde el descubrimiento de América en 1492, por España. Según la Ciencia Ficción política, el gobierno mundial que proyecta el grupo de G-7 cuenta con el control de las redes comerciales, a partir del poderío naval de Estados Unidos.

Toda clase de sociedades secretas, movimientos emancipadores, como feminismo y LGTBI, abanderados de los derechos humanos. Las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, BCE y otras tantas instituciones con impronta occidental.

Sigue vigente la fe en el progreso en los actores visibles en esta Ciencia Ficción política. Un gobierno mundial que sería una expresión de la democracia liberal. Con lo cual, la revolución digital es al “Santo Grial” del nuevo orden mundial descrito.

El mundo islámico vive en el pasado, con el empuje de la Primavera Árabe. Las monarquías wahabitas, aliadas de Israel con el beneplácito del bloque anglosajón, estarían en condiciones de integrarse en la Ciencia Ficción política. ¿Qué respuesta de Irán y sus aliados?

El gobierno mundial que describimos no restaurará el principio de autoridad. Tal vez el capitalismo se cambie por el socialismo con un salario universal, implantado en amplias zonas del planeta.

La Ciencia Ficción política permite imaginar un escenario político, con actores, ideologías y ganadores como perdedores. La cumbre del G-7 se ha resuelto de aquella manera.

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