Por una licencia amorosa, con repercusiones económicas, observamos sin sorpresa, que el Rey emérito está en el disparadero. La conspiración republicana, en España, ha encontrado una oportunidad para debilitar la institución monárquica. El gobierno social-comunista debería proporcionar el desenlace de una conspiración que surgió con la misma Transición política, a partir de 1975.

El asesinato del presidente del gobierno español, almirante Luis Carrero Blanco, no pudo ser más oportuna. La Transición política no tendría ningún condicionante; el Rey Juan Carlos I, que sube al trono el 22 de noviembre de 1975, y escoge al político del régimen franquista, Adolfo Suárez González, para dirigir la transformación política del Estado y la sociedad española.

El asesinato del almirante Carrero Blanco es el activo más importante del régimen democrático actual. Por ello, el partido Bildu, brazo político de ETA, tiene sitio en la legalidad imperante. La organización terrorista ETA asesinó al presidente del gobierno Carrero Blanco. El desconcierto se adueñó de la derecha política española, que llega hasta hoy. El Rey emérito está en el disparadero para quebrar una continuidad que encarnó la monarquía.

La derecha republicana corresponde con el Partido Popular; carácter impuesto por Manual Fraga. Los gobiernos de José María Aznar y Mariano Rajoy, no se engañe nadie, han presentado unas tendencias republicanas muy evidentes, que han provocado el surgimiento del partido de derecha monárquica Vox. El Partido Popular actual no tiene una orientación clara; no es un seguro para la institución monárquica, pese al papel que representan algunos políticos de este partido.

El Rey emérito está en el disparadero y debe resistir si la dinastía de los Borbones antepone los intereses de España a los propios. No cabe hacer ningún pronóstico, porque no hay ninguna institución del Estado español integra. El régimen del 75 ha comportado una corrupción política, con consecuencias económicas, que aparece ahora y se resalta con el Rey emérito, tras el largo caso de los amoríos mezclados con negocios con la princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein.

La rebelión catalana es una vertiente de la conspiración republicana, con interferencias extranjeras. El gobierno social-comunista tiene dos objetivos que cumplir: la república y una solución democrática para la insurrección de la Generalidad catalana. Las Vascongadas y Galicia, gobernada ésta por el Partido Popular con mayoría absoluta, esperan los beneficios de una reparación para las comunidades históricas. El pacto de la Transición salta por los aires y la Constitución española de 1978 se convierte en una más.

Efectivamente, el Rey emérito está en el disparadero y el gobierno social-comunista debería proporcionar el desenlace definitivo para un régimen político que no proyecta continuidad. Ya sabemos que, en España, los regímenes democráticos se degradan hasta un extremo, que requiere una regeneración que sólo proporcionan unas nuevas reglas de juego.

En un contexto todavía dominado por la pandemia, sin que se conozca el origen del virus, ni qué animal ha transmitido el patógeno SARS-COV-2 a la especie humana, las consecuencias económicas, inesperadas, amenazan con frenar cualquier proyecto político. El gobierno español social-comunista espera la solución europea que le proporcione margen de maniobra. En el Consejo europeo se negocia, con poco margen para el acuerdo.

Print Friendly, PDF & Email