Los 38 millones de € que Bárcenas, ex tesorero del PP, dice tener depositados en Suiza, sin que se conozca el origen de esta fortuna. El Partido Popular deberá cerrar filas y no permitir ninguna disidencia, en tanto el caso Bárcenas y el caso Gúrtel sigan abiertos. Todos estos affaires nos refuerzan en la creencia de que la monarquía parlamentaria española es de partido único, dividido artificialmente ante las elecciones. Las grandes formaciones políticas, Partido Popular y Partido Socialista borran sus diferencias. La crisis económica provoca estas repentinas revelaciones, a través de la corrupción institucional, imposible de ocultar en su totalidad.

En coincidencia con la teoría de la clase política española, las rentas a nombre del
Sr. Bárcenas corresponderían a dinero conseguido por el Partido Popular, y guardado a buen recaudo, gracias a los servicios de un tesorero, fiel cumplidor de los dictados del partido y conocedor de los entresijos de las finanzas internacionales.

No obstante, el Sr. Bárcenas es un símbolo de unas clases dirigentes europeas, sin más creencias que el enriquecimiento. Relegado el patriotismo, la Unión Europea debe favorecer los intereses nacionales coincidentes con los partidos políticos locales. Las directivas europeas son la contrapartida que deben pagar los citados partidos. En España, no ha habido control europeo alguno que frenara las burbujas crediticias e inmobiliiaria. El sentido común nos hace sospechar que este es el origen de la fortuna del Sr. Bárcenas o el Partido Popular.

Snowden, desde Rusia con amor

Por parte, Snowden es un héroe y villano en el novedoso escenario de la ciberguerra. Actualmente en Rusia, Snowden nos recuerda al coronel soviético Serguei Grigoriev, que destruyó la superioridad estratégica de la inteligencia soviética, todavía en tiempos de la Guerra Fría. El film “El caso Farewell” recrea las vicisitudes de este analista del KGB, que pasó a Occidente información muy sensible hasta culminar con “la Lista X”, los nombres de los espías soviéticos infiltrados en Occidente. Ni Francia, ni Estados Unidos eran merecedores de semejante regalo. Sólo importa las genialidades de personajes solitarios. Las colectividades están en manos de los estados.

Las peripecias de Snowden son más modestas. Podría acabar refugiado en Rusia. Grigoriev pagó su osadía con la vida; fue fusilado por el régimen soviético. La enorme contribución de Grigoriev no es reconocida por el  gran público occidental, que consume la información de los medios de comunicación. Sowden ha sabido dirigirse a éstos, confiado en que su caso sea una réplica de Wikileaks.

El espionaje clásico y el que se desarrolla a través de la red, nos enfrentan con los estados, que con apariencia democrática o totalitaria no renuncian a manifestar su poder, principalmente con el control con medios electrónicos. El estado no se puede domesticar con los principios democráticos. Ya sea con la corrupción, como en España, o con el espionaje, en Estados Unidos, los estados son de naturaleza autoritaria, tan propensos a demostrar su fuerza.

Estados Unidos ganó la Guerra Fría. Desde finales del sigo XX, la pax americana rige el concierto de naciones. EE. UU. no ha sabido entender la grandeza del coronel  S. Grigoriev. El país norteamericano, ya en este siglo, está entregado en crear las condiciones necesarias para que el siglo XXI sea la centuria americana, por excelencia.

Invasiones de Irak y Afganistán. Maneja la “Primavera árabe” y persigue la superioridad estratégica en la ciberguerra. Estados Unidos ha impulsado la globalización, bajo la revolución neoliberal. Snowden no puede esperar comprensión del gobierno norteamericano.

Estados Unidos está engolfado en Europa, en Oriente Medio y Asia. El affaire Snowden ha comprometido a la figura del presidente boliviano Evo Morales, mientras Venezuela podría acoger a Snowden. EE. UU. descuida la Casa América, pero las proyecciones demográficas son rotundas:

La raza blanca, en Estados Unidos, dejará de ser mayoritaria en 2043, según los datos de la oficina del censo del país norteamericano. Dentro de medio siglo, ningún grupo étnico será mayoritario. En conjunto, las minorías habrán superado el 57% y duplicarán los 116 millones de personas. A día de hoy, las minorías raciales son el 37% de la población de Estados Unidos. Uno de cada tres norteamericanos será hispano, en 2060.

La pax americana proporciona paz y tranquilidad militar a Europa, Norteamérica y el sudeste asiático. Oriente medio sigue en conflicto por la alianza de Estados Unidos con Israel y Arabia Saudí. Las revelaciones de Snowden añaden nuevas preocupaciones a Estados Unidos, pero su aptitud es propia de un imperio. No hay aliados, salvo unos poco países de etnia anglosajona o judía. Hispanoamérica puede evitar que el siglo XXI sea “americano”.

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