El régimen del 75 celebra 40 años de las primeras elecciones generales (1977) que deparó la victoria del partido UCD. La transición se puede efectivamente considerar un proceso cerrado, toda vez que no cesan las referencias al mismo. El régimen del 75 se conformó como la compensación del bando republicano, con el respeto de la economía de mercado.

Adolfo Suárez fue el líder político de la transición, junto con el rey Juan Carlos I. Como encajaron todas las piezas lo demuestra la renuncia de las cortes franquistas, el ascenso y caída de Adolfo Suárez y el partido UCD y el golpe de estado del 23-F (1981).

La gran victoria del PSOE con Felipe González de líder indiscutible empezó un gobierno largo que cerró el Estado de las autonomías, sin ninguna corrección importante al mismo. La legitimación del régimen quedó establecida: minorías nacionalistas en el pacto, sindicatos de clase subvencionados, el establishment español obediente. El olor del régimen, que llega hasta nuestros días, es la corrupción, desde la intervención de Rumasa y Banesto.

El Partido Popular, el otro gran partido, siempre pareció encarnar la buena reputación del régimen del 75. Hemos tardado 40 años en darnos cuenta del compromiso real del Partido Popular con el régimen del 75. Y ha sido precisamente la corrupción el elemento que ha unido al Partido Popular con el régimen del 75. Tras el golpe de Estado del 11-M, la corrupción cura las heridas del partido de la derecha política.

Porque el gobierno de Mariano Rajoy ha aceptado el pacto de paz con ETA, heredado de la legislatura socialista anterior; fue posible porque la corrupción había alcanzado el corazón de la formación Popular.

El mejor líder político de estos 40 años de régimen liberal, con absoluta preponderancia cultural republicana, ha sido Adolfo Suárez, dado que confió con sinceridad en la transición, hasta que fue traicionado por las instituciones en liza: monarquía, partidos, fuerzas armadas, etc.

Podemos ha irrumpido en la política española con el objetivo de alcanzar el poder, sin descartar alianzas. Podemos legitima el régimen del 75, porque refrenda las bases del mismo: legitimar las opciones de los herederos del bando republicano español. Así que no tenemos nada nuevo, aunque sea una fuerza política que podría intervenir en la caída del régimen del 75.

40 años son toda una vida; podemos reflexionar y demostrar que no hemos entregado nuestra conciencia a la propaganda del régimen, ahora con el slogan de 40 años.

Reacciones ante la ausencia de Juan Carlos I

A muchos ha sorprendido la ausencia del rey emérito Juan Carlos I en la celebración de los 40 años de las primeras elecciones generales. El veto al rey de la Transición ha sido intencionado, porque con todo el sigilo del mundo, que ha sorprendido a propios y extraños, se ha querido dejar claro ante los españoles, que Felipe VI no es el rey que continua la Transición.

Como si el régimen del 75 hubiera caído y con el monarca Felipe VI tuviéramos un nuevo régimen; las instituciones del Estado habrán notado la importancia del acto celebrado sin Juan Carlos I. Hemos sido testigos de un golpe de mano, palaciego y con la complicidad de las Cortes.

Llevamos tiempo que reclamamos la caída del régimen del 75, porque las bases planteadas entonces no permiten una regeneración del sistema político. Además, la famosa ley no escrita de compensación al bando republicano de la Guerra Civil de 1936 permitía la legitimación de los nacionalistas catalán y vasco y la irrupción de partidos de extrema izquierda.

El golpe de mano dado el otro día es el anticipo de la reforma constitucional que tiene que concretarse; en función de los cambios que se acometan, estaremos en condiciones de celebrar o no un nuevo régimen. Sospechamos que la continuidad del régimen del 75 sea lo que se trama, pero no olvidemos que podría haber una nueva moción de censura contra el gobierno de Rajoy, coincidiendo con el referendo secesionista catalán. Se espera una actitud distinta del PSOE.

La prensa calla y entona la canción muy a la francesa de los 40 años. Creemos que se ha seguido el modelo francés de 5 República; la política francesa también fue la inspiración del 23-F. Fontaneros a destajo en el régimen español.

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