Madrid incomoda largamente. La riqueza de la provincia se cifraba en el 18,7% del PIB nacional, mientras Cataluña lo superaba  en una décima, para el año 2014. Hay otros indicadores socioeconómicos que ponen  a Madrid en el disparadero.  El mundo económico y político se encuentra en otro atolladero, como demuestra  la crisis abierta en el Partido Socialista, con el cese del candidato Tomás Gómez a la gobernanza de la Comunidad de Madrid.

Ya adelantamos en un anterior post, que hay un acuerdo tácito entre los dos grandes partidos para no poner en riesgo el crecimiento socioeconómico de la Comunidad de Madrid. ¿A que se había comprometido el Partido Socialista? A presentar candidatos de perfil bajo, como Rafael Simancas o Tomás Gómez, que no disputaron el gobierno de la comunidad al Partido Popular, desde que Esperanza Aguirre ganó sus primeras elecciones autonómicas, en el año 2003.

Pero el proyecto EuroVegas y la restructuración parcial de la sanidad madrileña habían puesto en peligro el acuerdo entre los dos grandes partidos, en la circunscripción de Madrid. Ambos proyectos, ambiciosos aunque con objetivos distintos, fracasaron y han dado la oportunidad a las direcciones nacionales respectivas de los dos grandes partidos ha revisar la situación madrileña.

Los pactos entre los partidos son frágiles, como lo demuestra el terrorismo, la educación, el mercado laboral, etc. No hay grandes acuerdos nacionales en educación y en lo concerniente al mercado de trabajo. El Partido Popular, en el gobierno nacional, desde 2011, ha aprobado una nueva Reforma Laboral, de la que se ha beneficiado más la PYME que las gran empresa, y una Ley de Educación que concitan el rechazo de la oposición.

Madrid, Madrid representa una excepción que podría, ahora, quedar en el entredicho, a partir de la destitución del socialista Tomás Gómez. La decisión tomada por la ejecutiva nacional del PSOE revela otros intereses en juego, que sin duda precipitan los acontecimientos. El desafío catalán está en primer plano y el Estado español no dispone de una solución para el conflicto institucional abierto. ¿Sacrificar Madrid? ¿Estaría dispuesto el Partido Popular, bajo el mando de Mariano Rajoy, a la sazón presidente del gobierno de España, a dinamitar el régimen madrileño de consenso? Por esta razón, se retrasa la designación de los candidatos del Partido Popular para los próximas citas electorales municipales y autonómicas.

El candidato socialista para la alcaldía de Madrid, capital de España, es Antonio Miguel Carmona; un político de perfil más elevado, un candidato que podría ganar las elecciones municipales de 2015, sin poner en riesgo el acuerdo en PP y PSOE que destacamos.

Ciertamente, en Madrid hay un régimen político, que beneficia al PP, porque había desparecido la alternancia en el poder, como en Andalucía. Aznar no cuestionó el régimen madrileño, pero Rajoy ha demostrado que persigue otras cosas, bien distintas.

EuroVegas y la sanidad madrileña

El proyecto de gran Casino, EuroVegas, se malogró, para satisfacción del gobierno de España, que en ningún momento lo apoyo ante la opinión pública madrileña y española;  y otros gobiernos regionales, como el catalán. EuroVegas no encontró la financiación que pedía para instalarse en Madrid. Un entendimiento final hubiera sido inquietante, dado que Estados Unidos y la UE negocian un acuerdo de libre comercio, a gran escala, lo que hubiera repercutido  aún más en el crecimiento económico de la Comunidad de Madrid.

Por su parte, los planes de cambiar las funciones de varios hospitales públicos madrileños provocó una reacción  considerable, que conocimos como marea blanca. El gobierno de la comunidad, ya con la dimisión de Esperanza Aguirre consumada, retiró el decreto y saldó una crisis que hubiera hecho trizas el acuerdo tácito de los dos grandes partidos.

La política se hace con menudeces de este calibre. El gobierno de Rajoy se ha acercado lo suficiente al PSOE. No se puede descartar un gran pacto electoral entre los dos partidos tradicionales. Y Madrid puede perder.

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