Hemos asistido a una demostración del bipartidismo con la moción de censura presentada por el Partido Socialista y que ha supuesto la derrota del gobierno Popular y la caída de Rajoy. En efecto, todo parecía pactado, según la apuesta de Rajoy, para que el poder pase de un partido mayoritario a otro, aunque tenga una representación parlamentaria exigua.

Principalmente, el partido Ciudadanos, con grandes aspiraciones en unas próximas Elecciones Generales, ha comprobado los resortes del poder en el régimen del 75. Con la citada moción, ganada por Pedro Sánchez, ya presidente del gobierno de España, no queda ninguna duda para nosotros que todo estaba pactado, no ha habido sorpresa para los grandes partidos. Partido Popular y Socialista temen la irrupción de las nuevas formaciones y han bloqueado un acceso rápido de éstos.

Es posible que haya habido injerencias externas en este cambio de orientación política en España. La crisis catalana ha repercutido en Europa y el gobierno del Partido Popular aparece con una amplia contestación en la propia España.

El Partido Popular no ha mostrado ninguna reacción, una vez se hizo pública la presentación de la moción de censura, por parte del Partido Socialista. Un gobierno gastado, cansado, sin instinto político. La sentencia sobre la trama Gürtel ha sido la señal para el cambio político. Recordamos que la justicia es un aparato meramente instrumental, como demuestra la citada sentencia que ha provocado la caída de Rajoy.

Desde los medios de comunicación, las valoraciones de los expertos en materia política y las propias declaraciones de los políticos no permiten a los votantes del Partido Popular el conformar una explicación razonable de la situación política.

No obstante, desde aquí hemos repetido que la apuesta de Rajoy ha sido una operación política cuya estrategia ha consistido en valerse de las dos legalidades enfrentadas de la constitución (republicana y orden constitucional) para salvaguardar el régimen del 75 y el bipartidismo. Por eso, los ataques del Partido Popular se han dirigido a Ciudadanos.

Es muy plausible que el nuevo gobierno Socialista gire en la política aplicada en Cataluña, tras la insurrección de la administración regional catalana. Aunque haya apoyado la aplicación del artículo 155 de la Constitución, el Partido Socialista cuenta con margen para atemperar la situación, que sigue siendo conflictiva con las autoridades catalanas secesionistas. ¿A qué precio? La caída de Rajoy parece una bendición para muchos españoles, una realidad también deformada.

La inestabilidad política en España e Italia es una gran noticia para los promotores del Brexit. Una guerra comercial entre la UE y Estados Unidos es un nuevo desafío para Alemania, que se toma su tiempo para decidir: lo veremos con el prófugo Puigdemont.

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