¿Nueva Guerra Fría?.¿Resolvería algo? La pandemia provocada con el virus SARS-COV-2, con especial incidencia en Estados Unidos, podría provocar que los verdaderos centros de poder, los estados mayores relevantes y las cancillerías más importantes juzguen la situación como un ataque de un arma biológica, aunque el origen del patógeno esté en la naturaleza. Si el daño en vidas humanas y en la economía es lo sufrientemente importante, caben reacciones inesperadas.

¿Nueva Guerra Fría? Con un protagonista distinto, China. Estados Unidos sería el otro oponente, lo que demostraría que el país norteamericano no cerró convenientemente la Guerra Fría con la Unión Soviética; tal vez una falsa victoria. La guerra comercial, con aranceles del 25%, por parte de Estados Unidos y con idéntica respuesta de China es un antecedente real. Una transformación en múltiples planos, una vuelta al siglo XX, podría conducirnos a una nueva Guerra Fría; ¿podría un virus modificar los hábitos adquiridos en un contexto mundial dominado por el comercio? China es el mayor socio comercial de Estados Unidos.

La gran pregunta en el plano geopolítico:

¿Ha pasado ya el momento para que Estados Unidos hubiese frenado el ascenso de China?

La fuerza militar se reservó; Oriente Medio ha sido la distracción especial para la primera potencia mundial. Estados Unidos habrá manejado planes diversos; sin embargo, China ha aprovechado las oportunidades que Occidente le ha brindado y goza de una reputación internacional más que aceptable.

La crisis mundial por la pandemia COVID-19, ¿podría precipitar un enfrentamiento entre Estados Unidos y China que superase la guerra comercial y llevarnos a una nueva Guerra Fría?

Desde la presidencia de William Jefferson Clinton hasta Donald Trump, la política exterior de Estados Unidos ha apostado por el Soft Power. George W. Bush, a pesar de las campañas en Afganistán e Irak, no contradice la realidad del poder de Estados Unidos. Sólo el presidente Trump se ha sufragado su campaña electoral; es una excepción que prueba los condicionantes tan importantes para disputar la presidencia de Estados unidos.

 Un ejército imperial que no proyecta su dominio, salvo en el plano potencial. Estados Unidos es una gran potencia naval que, de acuerdo con la tradición, le proporcionaría la superioridad militar. Ahora debe incorporar tres nuevos portaviones de la clase Gerald R. Ford, con un gasto superior a los 40.000 mil millones de dólares,

China no puede competir con Estados Unidos en el plano naval. El gran país asiático debe rehusar el enfrentamiento militar, por asuntos puntuales, como la soberanía de islas en el mar de la China Meridional, con Estados Unidos. Sin embargo, siempre ha sido un escenario posible para un conflicto militar entre Estados Unidos y China. El pasado 17 de diciembre de 2019, China incorporó un nuevo portaviones “Shandong”, el navío más moderno de la flota China. ¿Pretende China emular a Estados Unidos? Parece que China buscaría una alianza militar; con Rusia como único candidato posible. Muy arriesgado apostar por la carrera armamentística propia de una nueva Guerra Fría.

La globalización, tan exitosa para las multinacionales norteamericanas; la revolución capitalista ha sido perjudicial para el poder militar de Estados Unidos; no para el avance en armamento, en tecnología militar y la disrupción digital aplicada al campo militar.

 Una nueva Guerra Fría revitalizaría el citado poder militar estadounidense, pero la situación creada por la pandemia debería empezar por cambiar la tendencia dominante en cuanto al tipo de presidente que eligen los norteamericanos. China debe aumentar su influencia en África como en Hispanoamérica. Es previsible

No hay señales de lo mismo; el comercio condiciona los candidatos y esta realidad no ha cambiado; no hay sorpresas, por el momento, en Estados Unidos. Estamos en el año que vivimos peligrosamente.

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